Las arritmias son alteraciones en el ritmo cardiaco que pueden causar mareos, desmayos y dolores torácicos, y que en determinadas circunstancias provocar accidentes cardiovasculares.

El corazón es el órgano encargado de mantener el flujo sanguíneo y la tensión arterial. Su movimiento se divide en dos fases: diástole, cuando el músculo cardiaco se relaja y la cavidad se llena de sangre; y sístole, cuando el músculo se contrae y empuja la sangre al torrente circulatorio, manteniendo de esta forma el flujo sanguíneo y la presión arterial.

Normalmente este proceso se da de una forma regular y rítmica, controlado por un sistema eléctrico denominado ‘sistema de excitación y conducción’. “Cuando éste se altera, el ritmo cardiaco se vuelve irregular y aparecen las arritmias“, señalan los especialistas de Clínica Universidad de Navarra. Los latidos prematuros también se consideran arritmias.

El tipo de arritmia se puede dividir según su velocidad:

Bradiarritmias o arritmias lentas.

Taquiarritmias o arritmias rápidas.

Según su repetición, se pueden dividir en crónicas (si son permanentes) o paroxísticas (si son puntuales).

Síntomas de las arritmias cardiacas

Las arritmias pueden pasar desapercibidas y detectarse únicamente al realizar pruebas diagnósticas como el electrocardiograma o el holter, que ofrece un estudio electrocardiográfico más exhaustivo. Clínica Universidad de Navarra es, además, uno de los nueve centros pioneros en España en la implantación del holter subcutáneo más pequeño. Este dispositivo es de especial utilidad ya que monitoriza a distancia arritmias y otras incidencias cardiacas durante un periodo de hasta tres años.

En aquellos casos en los que el electrocardiograma no es suficiente, “puede ser necesario un estudio electrofisiológico de la conducción cardiaca mediante catéteres que se introducen por una vena de la pierna“, indican los especialistas del centro.

  • Si las arritmias presentan síntomas, los más habituales son:
  • Mareo
  • Dolor torácico.
  • Palpitaciones, que producen unasensación subjetivamente anormal de los latidos cardiacos. Puede sentirse latidos fuertes, adelantados, irregulares o taquicárdicos.
  • Síncopes opérdidas de conocimiento, debido a la disminución del flujo cerebral.

Causas de la arritmia

“Las arritmias se producen por un fallo en el sistema eléctrico del ritmo cardiaco y este sistema puede fallar por tres motivos”, explican desde Clínica Universidad de Navarra: 

Uno de los mecanismos falla por la falta de generación de impulso eléctrico.

El impulso eléctrico se origina en un lugar erróneo.

La ruta de la conducción eléctrica está alterada, causando un “cortocircuito” en el sistema eléctrico.

Tratamiento

Determinados tipos de arritmias, como la fibrilación auricular, pueden desembocar en accidentes cardiovasculares. Por ello, se ha de recurrir a anticoagulantes orales como el Sintrom, un tratamiento que requiere de un control frecuente sobre el paciente, para ajustar la dosis que éste precisa, y puede tener complicaciones, como hemorragias.

Clínica Universidad de Navarra es centro de referencia nacional en los tratamientos de enfermedades del corazón. Es pionera en la aplicación de nuevas técnicas terapéuticas y tiene una amplia experiencia investigadora en el estudio, detección y tratamiento de las arritmias cardiacas.

Por ejemplo, la Clínica fue el primer centro de Europa en implantar un marcapasos por cateterismo, evitando así la cirugía abierta en pacientes con obstrucción del sistema venoso coronario. 

Dispone además de la Unidad de Arritmias “especializada en el diagnóstico y tratamiento de esta patología“, subrayan desde el centro.

De esta forma, es una de las unidades con mayor experiencia en el tratamiento de esta enfermedad y ha sido pionera en algunas técnicas para abordar esta patología: ablación mediante radiofrecuencia, crioablación, marcapasos cardiacos, desfibriladores automáticos implantable o cierre de la orejuela izquierda. En este último caso, este procedimiento beneficia notablemente al paciente porque evita embolias que pueden llegar al cerebro y, con ello, sufrir un ictus.